viernes, 5 de enero de 2018

Nuestras vías son los rios...

...que van a dar en el Caribe, que es el ¡¡¡ASÚCAL!!!

Para ser sincero, con un poquito menos de entusiasmo, que yo soy más de montañas, selvas, cataratas, lluvias, fríos secos y carreteras reviradas. La cuestión es que estamos en un pueblito en las puertas del Desierto de Tatacoa que, aunque de relativamente poca extensión, no deja de ser un desierto entre la selva y el Caribe, ahí es ná. Como desértico fue Popayán la Nochevieja y el día de Año Nuevo. ¡Oye, tú, ni un alma! La gente del lugar lo celebra cenando y comiendo recogidos, y visistando familiares de casa en casa. Pero yo, por eso, tampoco guardo rencor, y el casco histórico de Popayán es un magnífico conjunto de arquitectura colonial de distribución en cuadrícula obsesiva, calles anchas y claustros y fachadas uniformemente pintados en blanco. Lo que se dice un laberinto en el que no hay quien se ubique de pura monotonía inanimada por esas fechas. Si llegamos a saberlo antes, prolongamos la estancia en Cali y vamos a Popayán el día 2, pero como no llegamos a saberlo antes... En vista de que ni el eco nos felicitaba el año, tomamos camino de San Agustín cruzando la cordillera andina central por otra de esas carreteras descubiertas tan llenas de encanto como de barro y piedras, y que corona en una atalaya que ofrece otro de esos inmemorables paisajes que alimentarán mi olvido. Ya en el valle visitamos los sitios arqueológicos de San Agustín, con estatuas indígenas milenarias dispuestas a modo de viacrucis a lo largo de un recorrido por la selva que les sirve de museo. Y también dimos otro tumbo hasta el estrecho del río Magdalena, una rabieta de la montaña con poco recorrido (en tiempo geológico) que estrangula, porque se deja, al río, pero que mientras a éste le dure la paciencia seguirá resultando singular. Y así las cosas, nos descendimos más hacia el Norte siguiendo su cauce hasta Villavieja, que nos ha servido de base para cruzar, ida y vuelta, el Desierto de Tatacoa: concreto, discreto, con formaciones acarcabadas rojas y grises, y rodeado del verde esmeralda que viene siendo Colombia. Y qué firmamento...

¡Se me pasaba un chisme viajero! No alcanzaron a verme pero a DR sí y, ante tamaña sanción, el navideño agente tuvo a bien quitarle cobre al asunto. A cambio de un poco de asúcal.

5 comentarios:

  1. ¡Qué chulín, nen!😀 Feliz reyes

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  2. Oye ! Una forma diferente de pasar año nuevo: en recogimiento. Jajajaja Jajajaja
    Me has trasladado a las callejuelas ....y me he perdido 🤦🏻‍♀️
    Enjoy ! 👍🏼🍀

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    1. ¡Mecachissssss!, me quedé frito sin hacer la lista de buenos propósitos. Continuaré con los otros.

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  3. Pues feliz año, zagal! Y a DR también. Llego 22 días tarde, lo sé, pero no tengas en cuenta nuestros pecados sino más bien la fe de tu Iglesia.

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